El poder de la esperanza

¿Qué es la esperanza? Estoy segura, que muchas veces hemos malentendido el significado de la palabra “esperanza”. Para algunos la palabra va acompañada con un tono de incertidumbre, por ejemplo, esperan que los visite un ser querido que hace tiempo no ven, o quizá esperan que cambie el clima. Otros entienden la esperanza como un pensamiento ilusorio, algo así como: “espero que algo suceda”;. Muchos más dicen «tengo esperanza» cuando realmente están diciendo «yo deseo», usualmente usamos el término “esperanza” para describir lo que queremos y deseamos; algo que no estamos seguros que podremos obtener.

A menudo hablamos de esperanza como una especie de anhelo: “Espero que tengas un buen día”. “Espero que disfrutes tus vacaciones”. “Espero conseguir el trabajo”. “Espero conseguir el ascenso”. “Espero no enfermarme”;. Hay muchas cosas que esperamos en esta vida, algunas más probables que otras, sin embargo, el concepto bíblico de esperanza va mucho más allá de estas esperanzas terrenales. No es una mera ilusión, ni un deseo o un anhelo; sino algo en lo que tenemos confianza que sucederá.

En el Antiguo Testamento, la palabra “esperanza” traducida del hebreo es (tikvá) el termino se asocia con Dios, así que expresa confianza, no en un resultado futuro, sino en una fuerza divina presente. La palabra “esperanza” también se deriva de la palabra griega (elpis) y de acuerdo a la Concordancia Strong, significa expectativa, confianza y seguridad. Es esperar con fe y expectación. Viene de la raíz (elpo), que significa esperar con alegría, acoger, anticipar (con placer) y dar la bienvenida. Por lo tanto, nuestra esperanza proviene de una expectativa segura, no de un pensamiento ilusorio.

Entonces, “esperanza” es una virtud teológica que nos conduce a creer en Dios por su grandeza sin límites y por el amor que el Creador tiene hacia la humanidad. Cuando la Biblia habla de “esperanza”, ella está hablando acerca de confiar en Dios; es una palabra activa que implica seguridad y determinación. Para los hijos de Dios, la esperanza bíblica es la expectativa confiada de recibir las bendiciones que se han prometido a los justos. Es una certeza no una probabilidad; porque la Biblia expresa confianza y seguridad en relación con el futuro, que está basado en las promesas, el carácter y la fidelidad de Dios.

“Hay dos cosas imposibles: que Dios mienta y que no cumpla lo que promete. Esas dos cosas nos dan confianza a los que nos hemos refugiado en él. Nos fortalecen para continuar en la esperanza que Dios nos da. Tenemos esa esperanza tan fuerte y segura como un ancla que nos sostiene. Nuestra esperanza llega más allá de la cortina del Lugar Santísimo del cielo”. (Hebreos 6:18-19 PDT) La promesa y el juramento de Dios proporcionan el consuelo necesario para combatir la duda y el desánimo. Este consuelo no se basa en la fuerza o justicia del hombre mismo, sino en la palabra verdadera e inmutable de Dios. ¡Dios ha prometido la vida eterna y no puede mentir!

Esta esperanza está arraigada en el amor inquebrantable y la fidelidad de Dios que se cumple en la persona y obra de Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor. Un aspecto esencial de la esperanza bíblica es su conexión con la fe. Hebreos 11:1 declara: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (RV1960). La fe y la esperanza están entrelazadas, ya que la fe proporciona el fundamento de nuestra esperanza, mientras que la esperanza sostiene y fortalece nuestra fe.

Por Patricia Quiroz de Velázquez