Si Dios lo cumplido con todos los personajes de la Biblia, puedo tener total certeza que también lo hará conmigo y con toda mi descendencia. Es por ello que debo de basar mi vida en las promesas de Dios.
Llena tu mente y tu corazón con una visión de la promesa ya cumplida

Medita en la promesa día y noche hasta que sea real en tu corazón (Josué 1:8).

Mantén los ojos en la promesa y no en las circunstancias (2 Corintios 4:18)

Nunca dudes del poder de la promesa de Dios

Decide que vas a recibir lo que Dios dice (Santiago 1:6-8)

No te rindes nunca (Hebreos 6:12)

Sigue haciendo la voluntad de Dios (Hebreos 10:35-36)