Nosotros no podemos deshacernos de nuestras emociones, están ahí y seguirán manifestándose, lo que sí podemos hacer es redirigir nuestras acciones que son producto de nuestras emociones.
Es necesario que seamos nosotros lo que tomemos dominio sobre nuestras emociones al poner nuestra confianza en Dios, leyendo y meditando su Palabra para renovar nuestros pensamientos, la carta a los Filipenses capítulo 4:4-7 dice: "Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense!
Que todos los conozcan a ustedes como personas bondadosas. El Señor está cerca.
6 No se aflijan por nada, si no preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también.
7 Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús". DHH
Permita que las buenas emociones como la alegría contagie a otros.
Lleve en oración a Dios todas aquellas emociones que provocan algún daño a su vida y a los que le rodean y sea de influencia a mucha gente por el cambio que produce en su vida el poner su confianza en Dios.