23 Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente. 24 Recuerden que el Señor los recompensará con una herencia y que el Amo a quien sirven es Cristo; Colosenses 3:23-24

El ser adoradores tiene que ver con la actitud del corazón, es una disposición personal para reconocer la obra de Dios en la vida y con ser agradecidos de todo lo que Dios ha hecho en cada uno de nosotros. Cuando conocemos a Jesús y nos relacionamos con él aprendemos que tenemos un gran Señor que está a la brecha por nosotros. ¿Qué significa esta frase? Quiere decir que esa persona lucha por conseguir un propósito con el que está comprometido.  Es emocionante saber que ¡Dios está comprometido con nosotros!

• Adorar tiene que ver con en reconocer la grandeza de Dios en todo lo que hacemos en la vida. Es saber que tenemos un Dios tan grande que su presencia nos levanta en un instante para llegar a realizar las cosas q él ha propuesto para nuestra vida. Es comprender que Dios es más grande que cualquier problema o dificultad que tengamos. 
• Adorar tiene que ver con reconocer nuestra humanidad y comprender que nuestras barreras o límites son humanos y que Dios es quien nos puede llevar a pasar esos límites para vivir en el nivel de lo sobrenatural
• Adorar tiene que ver con la actitud con que nosotros enfrentamos la vida,  es decidir cada día que junto a nuestro Señor estamos seguros.
• Adorar es poner nuestra confianza en el creador de la vida y vivir los procesos que nos tocan seguros de que el Señor es nuestro amparo y nuestra fortaleza
• Adorar es desarrollar nuestra paciencia y nuestra capacidad de asombro al contemplar las obras que Dios realiza

Es servir a Jesús al realizar nuestras actividades considerándolo como un servicio a nuestro amado Salvador entonces las cosas las hacemos por gratitud, con amor, con esmero de manera que todo salga lo mejor posible. Adorar nos alegra la vida porque nos llena de regocijo conocer que Dios es el padre de todo gozo y de igual manera nosotros estamos gozosos de disfrutar la vida con Dios de nuestro lado.

Por Eunice Meneses